martes, 29 de septiembre de 2009

Lond Daer y el reencuentro.


Mi intención era narraros los combates de Lond Daer, y sin embargo la injusticia de Vengaree ha ocupado mis pensamientos. Ya expuesto lo que pienso al respecto, os contare como fue la aventura de los usulunis en las ruinas de la ciudad sumergida.

Después de muchos esfuerzos para intentar explorar los túneles sumergidos, buscandolas ansiadas bolsas de aire que nos permitirian continuar, logramos llegar a la antigua criatura que nos expulso hace 8 años, pero el combate fue muy distinto, si bien, se enzarzó con Dîn, que era el que abría la marcha, una vez que llegamos los demás, el resultado del combate fue de parte de los usulunis, aunque nos encontrabamos en su medio, otros combates que hemos entablado también bajo el mar, nos ha enseñado como actuar en tales circunstancias y como potenciar nuestras ya mermadas habilidades.La criatura arrastro a nuestro amigo Dîn hacia el fondo de la sala,impiendole su defensa y acabando con el poco aire que le quedaba, yo iba a continuacion que mi compañero y me lance hacia la criatura, aunque todo buen experto en armas o guerrero curtido sabe que un escudo es posible la peor arma para luchar sumergido, fue impresionantemente eficaz, el ver a mi amigo apresado por las garras de la criatura, me lleno de fuerza, y asi un arma inutil se convirtio en la pesadilla de la criatura, desplazando el agua con una tremenda fuerza golpee a la criatura varias veces contra la pared de la sala, obligandola a soltar su fornida presa, el combate como ya he dicho se decanto por los usulunis, victoria.

Continuamos la exploracion, despues de recuperarfuerzas. Nos llevo a descubrir una extraña habitación, dedicada al arte de la música y el canto, a todos nos asombro y maravillo, pero sobre todo a Dîn, hace años que los estudios de mi amigo lo alejaron del entrenamiento en combate y de las armas, pero se ha hecho erudito en otras artes, aun conociéndolo tanto, me resulta extraño y agradable ver como de un cuerpo, forjado en batallas , descendiente sin duda de alguna noble casa khuzdu, puede brotar una voz tan bella, durante el tiempo que duro su canto sentimos de nuevo el hogar y la calidez de los seres queridos, gracias a Dîn, encontramos en las ruinas de Lond Daer, un trozo de Usûlun.

Después nos adentramos en unos extraños túneles, que Adrahil identifico como las antiguas alcantarillas de la ciudad, donde crecían un musgo y como dueños de ese musgo, miles de insectos gigantescos poblaban los túneles, estuvimos pensando en cómo pasar, analizando la situación y pensando en posibles acciones, Adrahil pensó de inmediato en el fuego, creo q en el fondo tiene un problema con eso, se su habilidad con el fuego es mayor que el de otras personas, pero creo también que su deseo de usarlo le impide ver otras opciones. Decidimos usar unas extrañas botellas y el fuego, en cierto modo fue bien, aunque una vez más, un compañero pudo ser el causante de la muerte de otro. Dîn a veces no reconoces q su capacidad combativa no está al nivel de Gulthar o mío, y se arriesga más de la cuenta, q por consiguiente, nos arriesga a todos. Su deseo de entrar en combate junto a sus compañeros lo ennoblece, aun sabiendo sus carencias, pero otras acciones del mismo estilo,pueden desencadenar en una desgracia.

El sacrifico su senda del guerrero para fortalecer las casas de Usûlun, ayudar a sus gentes en nuestras largar partidas y en adentrarse en los estudios de la alquimia, que tan buenos resultados nos han dado. Si queremos sobrevivir, debemos ser conscientes de nuestras capacidades y habilidades, no debemos tentar la suerte, porque somos usulunis, no dejamos a nadie atrás, si uno cae, caemos todos.

Del túnel, en un momento determinado, surgió un esqueleto lleno del extraño musgo que nos impidio el paso, pero de movimientos torpes, ya que el tunel era estrecho solo podia combatir uno, yo era quien abria la marcha en ese momento, pero no fue adversario para mí. Aunque algo me golpeo en la espalda, afortunadamente reboto sobre mi negra armadura, era un hacha arrojadiza lanzada por Dîn. Creo a veces que sus largas horas bajo las velas, estudiando viejos pergaminos y entre tantos estraños vapores le han nublado su juicio como combatiente. ¿Como lanzarle un hacha arrojadiza a un enemigo estando yo delante? yo le ofrecia a mi adversario una cobertura casi total, solo conozco a una persona que lo haya hecho, Gulthar, el del ojo agudo. Tendre que hablar con mi viejo amigo y animarle atener paciencia, hasta que coja la formacion que tenia antes, sin duda esta oxidado, y debe retener sus ansias de entrar en combate, si con ello pone en peligro la vida de los demas. Debe saber esperar, entrenarse y estoy seguro que los enemigos volveran a temer el brazo de Dîn, portador de la maza de las 7 piedras.

Sin embargo un camafeo portaba, el cual un bello retrato de mujer de nobles facciones tenia,sin duda de otros años de felicidad, así que decidí coger sus restos y darle una sagrada sepultura, ese es el tipo de cosas q se me ocurren, siempre intentando hacer lo correcto y lo noble… lo q temo, es q algún día esas acciones traerán problemas a otros…

Seguimos inspeccionando el túnel, no sin antes hacer una escala en el Calamidad, para contar lo acontecido y descansar cómodamente, y por supuesto tranquilizar a nuestros compañeros.
De nuevo nos sumergimos en las frías aguas, y llegamos a un punto ya conocido de la primera vez. En la sala, cuatro estatuas de piedra y un extraño ser translucido presencian el descenso de los usulunis. Adrahil descubrio que la sala está llenas de trampas, la sala tambien poseia monticulos de escombros, que nos podrian servir de lugares seguros. Mientras Dîn y yo esperabamos a los demas que iban descendiendo, decidi lanzarla red a una de las estatuas, pues recordabamos que estan volvian a la vida al detectar la presencia de extraños. Mientras mi red se entrelazaba en la cintura de la estatua mas proxima, Adrahil y Gulthar tomaban posiciones en la sala, evitando toda trampa que era detectada por el montazar.
Fue en ese momento cuando las cuatro estatuas volvieron a la vida y con una velocidad sobrehumana se nos acercaron, falnqueandonos. Deje caer la red al suelo, dejandosela a Dîn, mientras saltaba a uno de los montones de escombros y entablaba combate con la estatua de mi red. Mientras Gulthar se posicionaba en otro monton y Adrahil sacaba el arco largo de La Llama Blanca. Dîn cogio la red y entendio perfectamente mis intenciones, asi que agarrando fuertemente la red y combinandolo con un golpe de mi escudo logramos derribar a una de las estatuas que tras un sonido sordo golpeo duramente el suelo, haciendo saltar esquirlas y pequeñas piedras.
Yo me enfrente a otras dos estatuas. Adrahil perforaba la dura piedra de las estatuas y mantenia la concentracion para la deteccion de las trampas. Dîn saco su maza de piedra y con tremendos golpes golpeaba piedra contra piedra, la piedra de Setmaenen quebraba la piedra animada de Lon Daer. Gulthar, el agil, salto de su posicion de un monticulo de escombros y cayo encima de la estatua derribada, su puño oscuro y su terrible daga daban buena cuenta de nuestro enemigo. Consegui mantener a raya mis dos nuevos adversarion, pero sus golpes, lograron penetrar mi defensa, y descubri el motivo, poseian una tremenda fuerza y velocidad, y me inflingieron severos daños,decidi recular y recuperarme, ya que el permanecer en el combate complicaria la situacion de mis compañeros.
Todos enfrascados en el frenesi de la batalla, olvidamos el extraños ser fantasmagorico que se encontraba en la sala. Este intento sorprender a Gulthar, ese fue el principio de su fin , ¿como sorprender a un felino? Gulthar se percato de la emboscada y se enfrento a el, sus tremendos golpes dieron buena cuenta del nuevo enemigo, y al caer, las estatuas dejaron de moverse, sin duda era este ser el que ejercia el control sobre ellas.
Despues de recuperarnos decidimos continuar con nuestra exploracion.

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